jueves, 17 de mayo de 2012

Taote

El toate: el golpe a distancia
Extraído del libro:
Histoire de Karaté-dô
Escrito por Kenji Tokitsu
[Link al sitio oficial del Maestro Kenji Tokitsu]
En aquello que concierne al karate de Shigeru Egami se pone otra cuestión: ¿cuál es el alcance y las posibilidades de su karate que explora una nueva forma de eficacia tomando una dirección mística? Hemos visto que, técnicamente, llegó a una eficacia por la cual sus alumnos eran proyectados sin que él los tocara.
El toate, el golpe a distancia, significa precisamente: una técnica que permite dominar su adversario sin tocarlo.
Shigeru Egami dijo: "Si alguien me ataca, a mi que estoy tan enfermo, morirá".
Según los testimonios que he recogido, Shigeru Egami parecía haber adquirido una capacidad particular a pesar de sus sufrimientos continuos. Las personas que me han aportado estos diferentes testimonios me parecen dignas de confianza. Si, como resultado de su búsqueda de la eficacia del puñetazo en karate, Shigeru Egami ha adquirido tal capacidad en tsuki, este descubrimiento me parece revolucionario.
El puñetazo tsuki es una técnica que da un impacto tocando el cuerpo del adversario, transmitiéndole una fuerza a partir del lugar donde le toca. La preocupación de Shigeru Egami era, en un principio, buscar como concentrar la fuerza al momento del impacto. Si llegaba a proyectar esta fuerza, a partir de una posición alejada y sin tocar el cuerpo del adversario, hay que decir que es la forma de tsuki de más alto nivel que podamos imaginar.
¿En qué medida la técnica de toate es eficaz? Esta pregunta no tiene respuesta hoy en día ya que Shigeru Egami murió.
La técnica de toate se muestra a menudo en las demostraciones de Shintaido que prolongan la idea de la práctica de Egami. (Apuntaremos que el karate de Shigeru Egami es practicado hoy en día por los grupos de Shotokai y los de Shintaido
, Nueva vía del cuerpo). Pero pienso que lo que se ve hoy en día en Shintaido no tiene la misma calidad que la técnica de Shigeru Egami. Si se trata de la misma cosa, es más un fenómeno psicopatológico que una técnica.

"El mejor karateka del mundo" según el Maestro Egami, Hiroyuki Aoki quien actualmente dirige el Shintaido
Analizo el fenómeno de toate de Shintaido de la manera siguiente:
Durante las sesiones de entrenamientos ejercitaos en algunos movimientos de cadencias relativamente simples. Sumergíos en la repetición de estos movimientos con el cuerpo relajado, hasta el agotamiento, obtendréis entonces la sensación que vuestro cuerpo se ha vuelto como las algas del fondo del mar que responden al mínimo movimiento de las corrientes de agua. Estos ejercicios aspiran a suprimir provisionalmente las órdenes voluntarias, percepciones y acciones del cuerpo para dejarlo invadir por sensaciones de un nivel más arcaico. Se podría decir que en vosotros la parte consciente está agotada, mientras que otra parte más espontánea, cercana al registro emocional, predomina. En esta situación la agudeza intuitiva aumenta y la sensibilidad está más abierta a los estímulos venidos de otros. Si os ejercitáis entonces sujetando las manos de un compañero, podrá sentir los más mínimos movimientos. Continuando estos ejercicios empezareis a sentir, a través del contacto sutil de las manos, los movimientos de la voluntad del compañero. La sensación importante es la de una fusión con el compañero. Cuando os sentís con aquellos que están con vosotros, cara a vosotros, alrededor de vosotros, la sensación de estar profundamente juntos, vuestro cuerpo reacciona reflejando sus más mínimas intenciones. Visto desde el exterior, pareceríais en trance y se podría decir que, efectivamente, lo estáis. Cultivando la sensación de comunicación interpersonal, energética en estas condiciones, podréis desarrollar una agudeza particular que os permitirá captar la presencia del otro: sus movimientos primero; después sus intenciones. En este espacio interpersonal hipersensible construido sobre una confianza recíproca, un compañero podrá responder de una manera dinámica a una intención del otro. Cuando los dos compañeros se alejan algunos metros, si uno hace un movimiento con el pensamiento de fusionarse con el otro efectuando una extensión voluntaria y espontánea de su cuerpo en su espíritu, el otro, hipersensible, reaccionara como si hubiera sido golpeado por una energía invisible y será proyectado hacia atrás. Pero, contrariamente a la impresión del espectador, aquel se será proyectado no sentirá el dolor que sentiría si fuera golpeado efectivamente con un puñetazo. Al contrario, sentirá la fuerte sensación satisfactoria de efectuar un encuentro y una fusión energética importante. De alguna manera, tendrá la impresión de haber recibido una descarga eléctrica no agresiva, envolviendo todo su cuerpo, estimulando un punto central de él. Esta experiencia despertará sensaciones diferentes de aquellas a las que estamos acostumbrados. Durante el entrenamiento una persona puede así aprender a liberar un nivel de energía vital que cotidianamente está controlado. Cuando, por estos ejercicios y por estas experiencias, consigue eliminar estas presiones, puede probar una sensación de estar completamente nueva. Así, estas experiencias pueden ayudar a aquellos que sufren ciertos malestares de origen psicosomático a recobrar la salud haciendo circular mejor la energía y permitiéndoles librarse de diferentes tensiones.
He aquí presentado sumariamente mi análisis del proceso del toate. Visto desde el exterior, la situación parece la de una persona que se hace proyectar recibiendo un golpe, pero debemos comprender que no se trata de un golpe similar al que se lanza en el combate de las artes marciales. Es parecido el estado de ánimo, pero no las consecuencias ya que en el combate los dos adversarios están en oposición, su energía combativa se hace daño e interfiere con la del otro, mientras que en el toate los dos compañeros están en armonía y buscan los dos, fundirse con la energía del otro. En combate, si uno de los adversarios es proyectado tan violentamente como en toate, recibiendo un golpe efectivo, tiene el riesgo de ser herido de gravedad o de morir. Mientras que en toate, aquel que ha sido proyectado se sentirá bien tras la recepción, algo como el efecto de un tratamiento radical de bienestar.
Pienso que la expresión toate está mal escogida ya que esta palabra significa herir a distancia, evoca la energía de un puñetazo lanzado como un disparo de pistola. Por esto los practicantes serios de las artes marciales han querido comprender este fenómeno y aprender esta técnica. Algunos proponen un desafío, hasta ahora sin respuesta, para comprobar la validez de esta técnica.
Acordándonos de la trayectoria encarnizada de Shigeru Egami en su búsqueda de la eficacia del tsuki, si hubiera encontrado este fenómeno en su juventud, habría sido de los primeros en querer probarlo para verificar su eficacia.
Según el proceso analizado aquí es evidente que la situación de combate y la del toate son diferentes. Constatamos en los métodos de Shintaido, la repetición de gestos simples hasta el agotamiento que permite limitar los efectos de la conciencia, la desaparición de algunos malestares, la hipersensibilización a la presencia de otros. Estos elementos son similares a otros métodos empleados por ciertas sectas. Aminoran la conciencia y arriesgan el perder la distancia crítica con respecto a lo que se hace. Si os encontráis bien y descubrís un bienestar mental y físico, todo parece perfecto. Aquellos que no conocen este bienestar os parecerán incluso dignos de piedad ya que están comprometidos en una vía "errónea". En todo caso estáis convencidos de seguir la buena vía. Estos son síntomas típicos de la persona bajo la influencia de una secta religiosa. No quiero decir de ninguna manera que el Shintaido sea una secta, al contrario, esta disciplina está basada en una conciencia adquirida gracias a una profundización de las artes marciales japonesas. Sólo quiero poner en guardia contra los riesgos posibles en la aplicación de este método.
El fenómeno del toate es un descubrimiento interesante sobretodo en el terreno de los estudios psicofisiológicos. Es tal vez susceptible de dar un apoyo y un punto de referencia concreto para hacer avanzar la reflexión científica sobre la práctica corporal. Sin embargo la ambigüedad y la confusión con la eficacia de un golpe efectivo ponen este fenómeno al margen de las artes marciales con una etiqueta mística que contribuye a impedir acercarse con una objetividad científica.
De todas maneras una cuestión permanece. ¿Son iguales el toate practicado hoy en día en Shintaido, el cual he analizado anteriormente, y el de Shigeru Egami?
Creo que no se trata exactamente de lo mismo. Si Shigeru Egami pudo realizar el toate en situaciones de combate libre, ante un adversario que intentaba asestarle un golpe real, esta capacidad es sin duda un resultado magnífico de su investigación. Se trata del auténtico toate en una situación donde la energía de un combatiente se oponen, se hiere e interfiere con la del otro.
En la historia de las artes marciales japonesas, se encuentran a menudo testimonios de capacidades similares. La técnica del toate de Shintaido y de ciertas corrientes de Shotokai es accesible a todos por un proceso de entrenamiento. Este permite establecer el cuadro de un condicionamiento que facilita la comunicación energética entre los compañeros. Mientras que el de Shigeru Egami parece haber sido realizado casi independientemente de los condicionamientos. Ciertamente, no podemos verificarlo, me contento formulando una hipótesis. Es después de largos años de un trabajo intenso en las técnicas de combate que Shigeru Egami adquirió su capacidad de toate.
Me pregunto si un elemento motor de esta transformación de la técnica no fue la cercanía de la muerte y la integración de la muerte en su práctica. Habiendo dicho "he muerto una vez", siguió sus investigaciones en karate con una gran proximidad de la muerte durante los últimos veinte años de su vida. Estando en el límite de la vida ¿pudo franquear barreras que impiden abrirse habitualmente nuestras capacidades potenciales? Shigeru Egami no frecuentó la muerte por elección propia.
Según los documentos, la mayor parte de aquellos que han desarrollado capacidades extrañas o extraordinarias habían practicado una ascesis que les había conducido cerca de la muerte. Esta actitud ascética es presente en la práctica de las artes marciales japonesas en diferentes grados. La práctica ascética no constituye un objetivo en si misma, pero apunta a una profundización de la consciencia que facilita la comprehensión de fenómenos naturales y sociales. La tradición japonesa de las artes marciales valora esta práctica, pues esta asociada al pensamiento budista de la profundización de uno mismo dirigido hacia la apertura a la vía universal. La adquisición de una capacidad técnica importante está considerada como un signo concreto del avance en esta vía y de la progresión de la personalidad. Por esto la búsqueda de eficacia va acompañada espontáneamente de una ética.
Aquí sale a la luz el pensamiento dialéctico japonés sobre el cuerpo y el espíritu: profundizando en la cualidad y la capacidad técnica por el cuerpo podemos alzar nuestro nivel espiritual y recíprocamente. Pero el trabajo sobre el espíritu pasa por el cuerpo. Así pues dejo la cuestión abierta en aquello que concierne al toate del Maestro Shigeru Egami.

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