viernes, 11 de mayo de 2012

El Libro de los Cinco Anillos

Introducción:
El Libro de los Cinco Anillos es uno de los textos más importantes sobre la lucha y la estrategia surgido de la cultura guerrera japonesa. Escrito originalmente no sólo para los hombres de armas, pretende explícitamente simbolizar procesos de lucha y de maestría en todos los campos en intereses de la vida.

El Libro de los Cinco Anillos fue escrito en 1643 por Miyamoto Musashi, duelista invicto, samurai sin señor y maestro independiente. Musashi fue un hombre de armas profesional nacido en una larga tradición de cultura marcial que al final llegó a dominar la totalidad de la política y de la sociedad japonesas. Sus intuiciones son relevantes, no sólo para los miembros de la casta militar gobernante, sino también para los dirigentes de otras profesiones, así como para las personas en búsqueda de la maestría individual en cualquier camino de la vida que escojan.

Puede verse el surgimiento y el fortalecimiento de la clase samurai en Japón en dos términos utilizados para referirse a sus miembros: samurai y bushi. La palabra samurai procede del verbo japonés saburau, que significa "servir como ayudante". La palabra bushi es una palabra chino-japonesa que significa "pequeña aristocracia armada". La palabra samurai fue utilizada por otras clases sociales, mientras que los guerreros se llamaban a sí mismos mediante el término más digno bushi.

El Japón de la Era Tokugawa fue dividido en más de doscientas baronías, que fueron clasificadas según su relación con el clan Tokugawa. Los barones eran controlados por ciertos métodos, que incluían la regulación del matrimonio y de las herencias, el intercambio de territorios y un elaborado sistema de rehenes. Las baronías fueron obligadas a minimizar sus contingentes de guerreros, lo cual produjo que un gran número de samuráis quedasen sin empleo, y fueron conocidos como ronin, u hombres errantes.

Muchos de los samuráis privados de sus derechos se hicieron maestros de escuela, médicos o sacerdotes. Algunos más continuaron practicando las tradiciones marciales y enseñándolas a otros. Algunos más se convirtieron en bandidos y criminales, hasta llegar a ser posteriormente uno de los problemas sociales más graves de la última parte del periodo Tokugawa. Algunas características de El Libro de los Cinco Anillos provienen del hecho de que Miyamoto Musashi fue un samurai sin señor y siguió una carrera como duelista y como maestro independiente de artes marciales.

Titulado con más propiedad El Libro de las Cinco Esferas, la obra de Miyamoto Musashi está dedicada a la guerra como una empresa puramente pragmática. Musashi censura la teatralidad vacía y la comercialización de las artes marciales, centrando la atención en la psicología y los movimientos físicos del asalto letal y de la victoria decisiva como esencia de la guerra. Su enfoque científicamente agresivo y absolutamente rudo de la ciencia militar, aunque no es universal entre los practicantes de artes marciales japonesas, representa una caracterización altamente concentrada de un tipo particular de guerreros samuráis.

Aunque alrededor de sus espectaculares hazañas se formó una gran leyenda, poco se sabe con certeza de la vida de Miyamoto Musashi. Lo que él cuenta de sí mismo en El Libro de los Cinco Anillos constituye la principal fuente de información histórica. Mató a un hombre por primera vez a los trece años, y por última vez cuando tenía veintinueve. En algún momento abandonó aparentemente la utilización del "verdadero sable", pero continuó infligiendo heridas mortales a sus adversarios hasta el final de su carrera guerrera.

Musashi pasó las tres últimas décadas de su vida perfeccionando y enseñando su ciencia militar. Se dice que nunca se peinó, tomó un baño, se casó, construyó una casa ni crió ningún hijo. Aunque también se instruyó en las artes marciales, como recomienda hacer a todo el mundo, el mismo Musashi siguió básicamente un camino ascético de guerrero hasta el final.

Nacido en la lucha, educado en el combate mortal, testigo en definitiva de una transición hacia una política de tiempos de paz en una escala sin precedentes en la historia de su nación, Miyamoto Musashi abandonó una vida ordinaria para ejemplificar y transmitir los elementos esenciales de las antiguas tradiciones marciales y estratégicas.

El primero de estos principios básicos es mantenerse internamente tranquilo y claro, incluso en medio del caos violento; el segundo es no olvidar la posibilidad del desorden en tiempos de orden. Como guerrero de dos mundos muy diferentes, un mundo de guerra y un mundo de paz, Musashi se vio obligado a practicar ambos aspectos fundamentales de la vía del guerrero de una forma intensa, añadiendo a su trabajo una decisión y una velocidad que difícilmente pueden ser superadas.

Desde que los samuráis tomaron el poder en Japón, siglos antes de que Musashi naciera, los budistas habían estado intentando civilizar y educar a los guerreros. Esto no significa que la casta samurai en general lograra ser imbuida de la iluminación budista, o ni tan siquiera del espíritu budista. Una de las principales razones de esto fue que los budistas habían estado ocupados, no sólo intentado civilizar a los samuráis, sino también intentando clarificarse y solventar sus propias contradicciones. El budismo estaba muy ocupado en las tareas de enterrar a los muertos, acoger y educar a los muchos niños huérfanos producidos por la guerra, la pobreza, o que eran abandonados por ser hijos ilegítimos, y en dar refugio a la viudas abandonadas o que sufrían abusos.

En consecuencia, en la relación entre el zen y los samuráis, el maestro no se dejaba llevar por el nivel del estudiante. Si, como ha sido sugerido por algunos apologistas, las artes marciales han de ser consideradas como la forma más elevada de estudio en Japón, los maestros zen habrían sido los estudiantes de los guerreros, y no al revés.

El dominio prolongado del Japón por la casta guerrera fue una anomalía en los asuntos humanos, como queda reflejado por su discordancia con los ideales nativos japoneses y en general con las ideas sociopolíticas de Extremo Oriente. Por la forma en que se estableció el gobierno militar por medio de la fuerza, éste quedó destinado a adecuar los ideales sociales y filosóficos tradicionales que decía profesar.
Prólogo

La ciencia de las artes marciales llamada Escuela Personal de los Dos Cielos es algo que he estado perfeccionando muchos años. Ahora, deseando revelarla en un libro por primera vez, he ascendido al Monte Iwato, en la provincia de Higo, provincia de Kyushu. Inclinándose ante el cielo, venerando a Kanon, me sitúo frente a Buda. Soy Shinmen Musashi no Kami, Fujiwara no Genshin, guerrero nacido en la provincia de Harima, de sesenta años de edad.

He dedicado mi espíritu a la ciencia de las artes marciales desde que era joven, hace mucho tiempo. Tenía trece años cuando tuve mi primer duelo. En aquella ocasión gané a mi adversario, un maestro de artes marciales llamado Arima Kihei, perteneciente a la Nueva Escuela de la Precisión. A los dieciséis años vencí a un poderoso maestro de artes marciales llamado Akiyama, de la provincia de Tajima. Cuando tenía veintiuno, me fui a la capital y conocí a maestros de artes marciales de todo el país. Aunque participé en numerosos duelos, nunca dejé de alcanzar la victoria.

Después viajé de provincia en provincia, encontrando maestros de artes marciales de varias escuelas. Aunque participé en más de sesenta duelos, nunca perdí. Todo ello tuvo lugar entre los trece y veintinueve años.

Cuando cumplí los treinta años y reflexioné sobre mis experiencias, me di cuenta que no había salido victorioso a causa del logro consumado de las artes marciales. Quizá fue porque poseía una capacidad intrínseca para esta ciencia y no me había desviado de los principios naturales. También puede haber sido debido a fallos de las artes marciales de las demás escuelas. En cualquier caso, practiqué a continuación día y noche hasta alcanzar un principio todavía más profundo, y espontáneamente llegué a la ciencia de las artes marciales. Tenía cincuenta años en esa época.

Desde entonces he pasado el tiempo sin tener ninguna ciencia en la que investigar. Confiando en la ventaja de la ciencia militar, tal como la he convertido en la ciencia de todas las artes y técnicas, no tengo maestro en ningún camino.

Ahora, al escribir este libro, no tomo nada de los viejos dichos del budismo ni del confucianismo, y utilizo viejas historias de narraciones militares o sobre la ciencia militar. Teniendo al Cielo y a Kanon como espejos, tomo el pincel y empiezo a escribir, a las cuatro de la madrugada del décimo día del décimo mes, en el año 1643.

El Manuscrito de la Tierra

Las artes marciales son la forma de vida del guerrero. Especialmente los oficiales deberían practicar estas artes, y los soldados deben también conocer esta forma de vida. En la actualidad no existen guerreros con un cierto conocimiento de la vía de las artes marciales.

Antes de nada, pongamos un ejemplo sobre lo que es una forma de vida. El budismo es una vía para ayudar a la gente; el confucianismo es una vía para reformar la cultura. Para el médico, curar es una forma de vida; un poeta enseña el arte de la poesía.

Otras personas se dedican a predecir el futuro, al tiro al arco o a otras diversas artes o disciplinas. Las personas practican las vías a las que se sienten inclinadas y desarrollan sus preferencias individuales. Pocas personas son aficionadas a la vía marcial de la vida. Ante todo, la vía de los guerreros significa familiaridad con las artes culturales y marciales. Aunque sean torpes en ellas, los guerreros deben fortalecer personalmente sus propias artes marciales tanto como puedan sus propias circunstancias.

La gente piensa normalmente que todos los guerreros reflexionan sobre el hecho de estar preparados para morir. En lo que se refiere a la vía de la muerte, ésta no se limita a los guerreros. Los monjes mendicantes, las mujeres, los campesinos, e incluso aquellos que pertenecen a las clases que están por debajo de ellos, conocen su obligación, se avergüenzan de descuidarla y se resignan a la muerte; en esto no hay ninguna distinción. La vía marcial de vida practicada por los guerreros se basa en superar a los demás en todo y en cualquier cosa. Ya sea mediante la victoria en un duelo individual, o ganando una batalla frente a varias personas, uno piensa en servir a los intereses de quien lo emplea, en servir los propios intereses, en llegar a ser bien conocido y en estar socialmente establecido. Todo ello es posible mediante el poder de las artes marciales.

Sin embargo, habrá personas en el mundo que piensen que aunque uno aprenda las artes marciales, no le servirán de nada cuando surja una necesidad real. A este respecto, la verdadera ciencia de las artes marciales significa practicarlas de tal forma que sean útiles en cualquier ocasión, y enseñarlas de tal forma que sean útiles en todos los caminos.

Sobre la ciencia de las artes marciales

En China y en Japón, los practicantes de estas ciencias han sido tradicionalmente llamados maestros de las artes marciales. Los guerreros no pueden dispensarse de aprender esta ciencia.

Las personas que viven de las artes marciales en la actualidad sólo se ciñen a la esgrima. Los sacerdotes de los templos Kashima y Kantori, de la provincia de Hitachi, han fundado este tipo de escuelas, afirmando que sus enseñanzas han sido transmitidas por los dioses, y viajan de provincia en provincia transmitiendo a la gente sus enseñanzas; pero esto es realmente un fenómeno reciente.

Entre las artes y disciplinas de las que se habla desde la Antigüedad, el denominado arte de la ventaja ha sido incluido como una disciplina; así, una vez que hablamos del arte de la ventaja, no puede limitarse llegar a ser sólo la esgrima. Incluso la misma esgrima difícilmente puede ser conocida, si se consideran únicamente cómo ganar sólo mediante el arte del sable; está fuera de cuestión que sea posible alcanzar el dominio de la ciencia militar de este modo.

Cuando miro a la sociedad, veo que la gente convierte las artes en ganancias comerciales; se considera sí misma como mercancía e incluso lleva a cabo mejoras como si fuera un objeto de comercio. Distinguiendo lo superficial y lo sustancial, encuentro que esta actitud tiene menos realidad que la decoración.

El campo de las artes marciales abunda particularmente de esgrimas victoriosas, con popularización comercial y aprovechamiento por parte de aquellos que enseñan la ciencia y de aquellos que la estudian. La consecuencia de esto es que, como alguien ha dicho, "las artes marciales de aficionados son origen de graves heridas".

Hablando de forma general, existen cuatro formas de vida: la forma de vida del caballero, la del campesino, la del artesano y la del comerciante.

En primer lugar, está la forma de vida del campesino. Los campesinos preparan todo tipo de herramientas agrícolas y pasan años prestando constantemente atención a los cambios de las cuatro estaciones. Ésta es la forma de vivir del campesino.

En segundo lugar, está la forma de vida del comerciante. Quienes elaboran licor obtienen los diversos utensilios requeridos y viven de los beneficios que obtienen según la calidad de lo que producen. Cualquiera que sea el negocio al que se dediquen, los comerciantes viven de los negocios que ganan conforme a su posición particular. Ésta es la forma de vivir del comerciante.

En tercer lugar, en lo que se respecta al caballero guerrero, esta vía implica construir toda clase de armas y comprender sus diversas propiedades. Esto es algo imperativo para los guerreros; ignorar la maestría de las armas y la comprensión de las ventajas específicas de cada una de ellas sería indicar una falta de cultura de un miembro de una casa guerrera.

En cuarto lugar, está la forma de vida del artesano. Si se toma como ejemplo la forma de vida del carpintero, ésta implica la fabricación habilidosa de toda clase de herramientas, saber cómo utilizar cada una de ellas con pericia, dibujar correctamente los planos sirviéndose de la escuadra y de la regla y vivir mediante una práctica diligente de sus técnicas.

Éstas son las cuatro formas de vida: de los caballeros, los campesinos, los artesanos y los comerciantes. Descubrirá la ciencia de las artes marciales comparándola con la disciplina del carpintero.

El carpintero se utiliza como una metáfora con referencia al concepto de casa. Hablamos de casas aristocráticas, casas militares y casa de las artes; decimos que una casa se derrumba o que una casa se mantiene; y también hablamos de tal o cual tradición, estilo o "casa". Por ello, como utilizamos la expresión "casa", he empleado la disciplina del maestro carpintero como metáfora.

La palabra carpintero se escribe con caracteres que significan "gran pericia" o "gran maestro". Puesto que la ciencia de las artes marciales implica una gran habilidad y una planificación con maestría, la describo en términos comparativos a la carpintería.

Si queréis aprender la ciencia de las artes marciales, reflexionad sobre éste libro; dejad que el maestro sea la aguja, el discípulo el hilo y practicad sin descanso.

La comparación entre la ciencia de las artes marciales y la carpintería

Como el maestro carpintero es el director y organizador general de los carpinteros, su obligación de maestro carpintero es comprender las leyes del país, averiguar las normas de cada localidad y atender a las regulaciones del propio establecimiento carpintero.

El maestro carpintero, por conocer las medidas y dibujos de toda clase de estructuras, emplea gente. A este respecto, el maestro carpintero es lo mismo que el maestro guerrero.

Al escoger la madera para construir una casa, la que es recta, está libre de nudos y tiene un buen aspecto puede ser utilizada como columna. La que tiene algunos nudos, y no es recta ni fuerte, puede ser utilizada como columna trasera. La que es algo débil, pero no tiene nudos y parece buena, es utilizada de diversas formas para construir umbrales, dinteles y biombos. La que tiene nudos y está retorcida, pero, sin embargo, es fuerte, se utiliza teniendo en cuenta la existencia de dichos elementos de la casa. Entonces ésta durará mucho tiempo.

Incluso la madera con nudos, retorcida y no muy fuerte puede ser utilizada como andamio, y posteriormente utilizada como leña.

Cuando el maestro carpintero dirige a los obreros, conoce sus diversos niveles de capacidad y les asigna las tareas apropiadas. Algunos son dedicados a construir el suelo, otros a las puertas y biombos, algunos a los pórticos, dinteles, techos, etc. Al que no está cualificado le pone a entarimar y a los aún menos cualificados a fabricar cuñas. Cuando el maestro carpintero ejerce el discernimiento en la asignación de tareas, el trabajo progresa sin dificultad.

La eficacia y el progreso continuo, la prudencia en todos los asuntos, el reconocimiento del verdadero valor de los diferentes niveles de moral, instalación de la confianza y la toma en consideración de lo que puede ser razonablemente esperado y lo que no, todo esto son asuntos que tiene presentes el maestro carpintero. El principio de las artes marciales es exactamente igual.

La ciencia de las artes marciales

Hablando en términos de carpintería, los soldados afilan sus herramientas, fabrican diversos utensilios útiles y los guardan en sus cajas respectivas. Con las instrucciones del maestro carpintero, tallan las columnas y las vigas con hachas, cepillan los suelos y las repisas con garlopas e incluso esculpen enrejados y bajorrelieves. Asegurándose de que las medidas son correctas, hacen lo necesario para que las tareas se ejecuten de una manera eficaz; ésta es la norma de la carpintería. Cuando uno ha desarrollado el conocimiento práctico de todas las capacidades de esta técnica, puede más adelante convertirse en maestro carpintero.

Para los carpinteros, un hábito esencial es tener afiladas sus herramientas y mantenerlas a punto. Corresponde al carpintero utilizar dichas herramientas con maestría, haciendo incluso objetos como templos en miniatura, estanterías, mesas, pies de lámpara, planchas para cortar tapaderas. Ser un soldado es igual. Debería reflexionarse sobre esto atentamente.

Los logros que un carpintero debe realizar consisten en evitar las sinuosidades, hacer que las junturas ajusten bien entre ellas, una planificación experta, evitar las raspaduras y cuidar que no haya deformaciones posteriores.

Si queréis aprender esta ciencia, tomad en serio todo lo que escribo y reflexionad sobre ello cuidadosamente.

Sobre la composición de este libro en cinco manuscritos

Distinguiendo cinco campos, para explicar sus principios en secciones individuales, he escrito este libro en cinco manuscritos, titulado Tierra, Agua, Fuego, Aire y Vacío.

En el Manuscrito de la Tierra puede encontrarse una descripción de la ciencia de las artes marciales, el análisis de mi propia escuela. La verdadera ciencia no puede alcanzarse simplemente mediante el dominio de la esgrima. Conociendo lo pequeño por medio de lo grande, uno va de lo superficial a lo profundo. Como un camino recto nivela el contorno de la tierra, llamo al primero el Manuscrito de la Tierra.

El segundo es el Manuscrito del Agua. 

Tomando el agua como punto esencial de referencia, uno hace que la mente sea fluida. El agua se adapta a la forma de la vasija, ya sea cuadrada o redonda; puede ser una gota y también puede ser un océano. El agua tiene el color de un estanque profundo de aguamarina. A causa de la pureza del agua, escribo sobre mi propia escuela en este manuscrito.

Alcanzar cierto discernimiento sobre los principios del dominio de la esgrima y, por tanto, poder derrotar a un adversario a voluntad, equivale a ser capaz de derrotar a cualquiera en el mundo. El espíritu de victoria sobre los demás es el mismo, aunque se trate de miles o de decenas de miles de adversarios.

La ciencia militar de los oficiales consiste en construir la amplia escala desde la pequeña escala, lo mismo que se hace con una gran estatua partiendo de un modelo en miniatura. Esos asuntos son imposibles de escribir en detalle; conocer miles de cosas a través de una sola cosa es un principio de la ciencia militar. Escribo sobre mi propia escuela en este Manuscrito del Agua.

El tercero es el Manuscrito del Fuego.

En este manuscrito escribo sobre la batalla. El fuego puede ser grande o pequeño, y tiene un sentido de violencia, así pues, en él escribo sobre los asuntos de la batalla. La forma de combatir es la misma, ya se trate de una batalla entre dos individuos o una batalla entre dos ejércitos. Debéis observar reflexivamente, con una conciencia global de toda la escena, así como una atención precisa a los pequeños detalles.

La amplia escala es fácil de ver, la pequeña escala es difícil de ver. Para ser concreto, es imposible invertir la dirección de un gran grupo de personas de una vez, mientras que la pequeña escala es difícil de conocer, porque en el caso de un individuo existe sola una voluntad implicada y pueden hacerse cambios rápidamente. Esto debe de ser considerado cuidadosamente.

Como los asuntos de este Manuscrito del Fuego son cosas que suceden en un instante, en las artes marciales es esencial practicar diariamente para lograr familiarizarse con ellas, tratándolas como asuntos ordinarios, de forma que la mente permanezca inmutable. Escribo sobre la lucha en la batalla en este Manuscrito del Fuego.

El cuarto es el Manuscrito del Aire. 

La razón por la que llamo a este manuscrito el Manuscrito del Aire es porque no trata de mi propia escuela; es aquí donde escribo sobre las diversas escuelas de las artes marciales que existen en el mundo. En lo que respecta a utilizar la palabra aire, utilizamos esta palabra para simbolizar "estilo" o "manera de ser", al hablar de cosas como el antiguo estilo, el estilo de nuestro tiempo y forma de ser de las diversas cosas; así, aquí escribo definitivamente sobre las técnicas de las diversas escuelas de artes marciales que existen en el mundo. Esto es "aire". A menos que entendáis realmente a los demás, difícilmente podréis alcanzar la comprensión de vosotros mismos.

En la práctica de cada forma de vida y de cualquier trabajo, existe un estado de mente del que se dice que está desviado. Aunque os esforcéis diligentemente en vuestro propio camino día tras día, si vuestro corazón no está de acuerdo con él, aunque penséis que estáis en el buen camino, desde el punto de vista de la justicia y de la verdad, no es un auténtico camino. Si no seguís un auténtico camino hasta el final, una pequeña maldad al principio se convierte en una gran perversión. Reflexionad sobre esto.

No es de extrañar que el mundo considere que las artes marciales consisten sólo en la esgrima. En lo que respecta a los principios y tácticas de las artes marciales, esto no es así en absoluto. Escribo sobre las otras escuelas en este Manuscrito del Aire para dar a conocer al mundo las artes marciales.

En quinto lugar está el Manuscrito del Vacío. 

La razón de que este manuscrito se titule Vacío es porque, una vez que hablamos de "vacío", ya no podemos definir las profundidades interiores en términos de callejón superficial. Cuando se alcanza un principio, uno se desapega del principio; de esta suerte, posee uno una independencia espontánea en la ciencia de las artes marciales y, de forma natural, logra hacer maravillas: discerniendo el ritmo cuando llega el momento, uno golpea sin pensar y logra resultados de forma natural. En esto consiste toda la vía del vacío. En el Manuscrito del Vacío he escrito sobre la entrada natural en la verdadera vía.

Sobre la denominación de esta escuela individual, "Escuela de los Dos Sables"

Hablamos de los sables porque es obligación de todos los guerreros, tanto oficiales como soldados, llevar dos sables. Antiguamente éstos se llamaban tachi y katana, o el gran sable y el sable; actualmente se llaman katana y wakizashi; o sable y arma que se lleva al costado. No es necesaria una exposición detallada de los motivos de los guerreros de llevar dos sables. En Japón, la costumbre de los guerreros es llevarlos a ambos lados, tanto si se sabe manejarlos como si no. He llamado a nuestra escuela, Escuela de los Dos Sables, para señalar las ventajas de llevar los dos sables.

En cuanto a la lanza, la alabarda y otras armas, se consideran parte del equipo del guerrero.

En nuestra escuela, lo principal para los principiantes es practicar la ciencia de empuñar los sables, el largo en una mano y el corto en la otra. Cuando la vida de uno está en peligro, se desea utilizar todas las armas de que disponemos. Ningún guerrero querrá morir teniendo sus sables enfundados; sin embargo, cuando se sostiene algo en cada mano, es difícil esgrimir con la misma libertad la izquierda y la derecha; mi objetivo es que os acostumbréis a manejar el sable largo con una mano.

Con armas largas como la lanza y la alabarda, no existe ninguna elección; pero el sable largo y el corto son armas que pueden ser manejadas con una mano.

El problema de manejar un sable largo con ambas manos es que no es fácil hacerlo a caballo, y no es adecuado cuando se corre precipitadamente, es difícil en un terreno pantanoso, en campos embarrados, planicies pedregosas, caminos frecuentados o lugares abarrotados.

Cuando se tiene un arco o una espada en la mano izquierda, o cualquier otra arma que se esté manejando, se puede empuñar el sable largo con una sola mano; por ello, manejar el sable largo con ambas manos no es la auténtica vía.

Cuando es imposible golpear a muerte utilizando una sola mano, utilizad entonces las dos manos para hacerlo. Esto no debería exigir un gran esfuerzo. La Escuela de los Dos Sables es un método para aprender a manejar el sable largo con una mano; su objetivo es acostumbrar primero a las personas a manejar el sable largo con una sola mano.

El sable largo le parece pesado e inmanejable a todo el mundo al principio, pero cualquier cosa es así cuando se empieza: el arco es difícil de tensar, y es duro de empuñar la alabarda. En cualquier caso, cuando os familiarizáis con cada arma, os volvéis más fuertes con el arco y adquirís la capacidad de manejar el sable largo. Así pues, cuando alcanzáis el poder del método, se hace fácil de manejar.

Blandir el sable largo con gran velocidad no es la fórmula correcta, como se aclarará en la segunda parte, el Manuscrito del Agua. El sable largo puede ser manejado en lugares espaciosos, el sable corto en lugares reducidos; para empezar, ésta es la idea esencial.

Con nuestra escuela, uno puede ganar con el sable largo y también puede ganar con el sable corto. Por esta razón, no esta determinada la longitud precisa del sable largo. La vía de nuestra escuela consiste en tener el espíritu de obtener la victoria por ambos medios.

Es mejor manejar dos sables que un sable largo cuando se está luchando solo en una pelea; también es ventajoso cuando se quieren hacer prisioneros.

Puntos como éste no requieren ser escritos con detalles exhaustivos; de cada punto pueden inferirse miles de cosas. Cuando hayáis obtenido el dominio de la práctica de la ciencia de las artes marciales, no habrá nada que no veáis. Es necesario reflexionar profunda y cuidadosamente sobre esto.

Sobre el conocimiento de los principios de las palabras "artes marciales"

En esta vía, a alguien que ha aprendido a manejar el sable largo se le llama habitualmente maestro de artes marciales. En la profesión de las artes marciales, alguien que sabe disparar el arco bien se le llama arquero, mientras que a alguien que ha aprendido a utilizar el fusil se le llama fusilero. Alguien que ha aprendido a utilizar la lanza se le llama lancero, mientras que a alguien que ha aprendido a utilizar la alabarda se le llama alabardero.

Si siguiéramos este modelo, a uno que ha aprendido el método del sable debería ser llamado "hombre de sable largo" y "hombre con armas al costado". Puesto que el arco, el fusil, la lanza y la alabarda son armas de los guerreros, todas ellas son técnicas de las artes marciales. Sin embargo, es lógico hablar de artes marciales con referencia específica al sable largo. La sociedad y las personas son mantenidas en orden por los poderes del sable largo; éste es en consecuencia el origen de las artes marciales.

Cuando habéis alcanzado la capacidad para manejar el sable largo, podéis vencer con una sola mano a diez hombres. Cuando es posible vencer a diez hombres con una sola mano, entonces es posibles vencer a mil hombres con cien, y a diez mil con mil. Por ello, en las artes marciales de nuestra escuela, un hombre es lo mismo que diez mil; todas las ciencias de los guerreros, sin excepción, se llaman artes marciales.

En lo que se refiere a las vías, son confucianos, budistas, maestros en el arte del té, maestros de etiqueta, bailarines, etc. Estas cosas existen en la vía de los guerreros. Pero incluso si éstas no son vuestras vías, si tenéis un amplio conocimiento de todas ellas, las encontraréis en todas las cosas. En cualquier caso, como seres humanos, es esencial para cada uno de nosotros cultivar y pulir nuestro camino individual.

Sobre el conocimiento de las ventajas de las armas en las artes marciales

Al distinguir las ventajas de las armas de los guerreros, descubrimos que, cualquiera que sea el arma, existe un momento y una situación en la que ésta es apropiada.

El sable de corto es principalmente ventajoso en lugares reducidos, o en sitios estrechos, cuando estáis muy cerca de vuestro adversario. El sable largo tiene generalmente usos apropiados en cualquier situación. La alabarda parece ser inferior a la lanza en el campo de batalla. La lanza es la vanguardia, la alabarda es la retaguardia. Dado el mismo grado de entrenamiento, alguien con una lanza tiene un poco de ventaja.

Tanto la lanza como la alabarda dependen de las circunstancias. Ninguna de las dos es muy útil en acciones con mucha gente. Ni siquiera son apropiadas para hacer prisioneros; deben reservarse para el campo de batalla. Son armas esenciales en batallas campales. Sin embargo, si aprendéis a utilizarlas en las salas de ejercicios, centrando la atención en pequeños detalles y perdiendo así el método real, difícilmente podrán ser adecuadas.

El arco también se adapta al campo de batalla, para llevar a cabo cargas y retiradas estratégicas; es excelente en las batallas a campo abierto, porque puede dispararse rápidamente y de inmediato contra las filas de los lanceros u otros. Sin embargo, es inadecuado para asediar un castillo y para situaciones en las que el adversario se encuentra a más de doscientos metros.

Actualmente, no sólo el arco, sino también las demás artes poseen más flores que frutos. Dichas técnicas son inútiles cuando se presenta una auténtica necesidad.

Dentro de las murallas del castillo nada es comparable al arma de fuego (en 1543 los portugueses introdujeron las armas de fuego en Japón, y Musashi nació en 1584) desde que empieza la batalla. No obstante una vez que se ha empezado la lucha cuerpo a cuerpo, aquélla ya no es adecuada.

Una de las virtudes del arco consiste en que podéis ver el trazado de las flechas que disparáis, lo cual es bueno. Parte de lo inadecuado de un arma de fuego es que no puede verse la trayectoria de las balas. Habría que considerar esto con atención.

En cuanto a los caballos, es esencial que sean fuertes pero no fogosos.

Hablando en términos generales de las armas del guerrero, un caballo debe ser un buen trotador, sables largo y corto deben cortar perfectamente, la lanza y la alabarda deben penetrar profundamente, y el arco y el arma de fuego deben ser resistentes y exactos.

No tenéis que apegaros especialmente a ningún arma en particular, o a ninguna otra cosa, esto es importante. El exceso es lo mismo que la insuficiencia. Sin limitar a nadie, debéis tener tantas armas como convenga. Mantener gustos y aversiones es malo tanto para los oficiales como para los soldados. El pensamiento pragmático es esencial.

Sobre el ritmo de las artes marciales

El ritmo es algo que existe en todo, pero los ritmos de las artes marciales en particular son difíciles de dominar sin ejercitar la práctica.

El ritmo se manifiesta en el mundo en cosas como la danza y la música, las flautas y los instrumentos de cuerda. Todo esto son ritmos armoniosos.

En el campo de las artes marciales existen ritmos y armonías en el tiro con arco, el tiro con armas de fuego e incluso en la equitación. En cualquier arte y en cualquier ciencia no debe ignorarse el ritmo.

Existe incluso un ritmo en estar vacío.

En la vida profesional de un guerrero existen ritmos para ascender de rango y ritmos para descender, ritmos de satisfacción y ritmos de frustración.

En el campo del comercio existen ritmos para hacerse rico y ritmos para perder la propia fortuna.

La armonía y la falta de armonía en el ritmo se presenta en todas las formas de vida. Es imperativo distinguir cuidadosamente entre los ritmos de la floración y los ritmos de la decadencia en cada cosa específica.

Son diversos los ritmos de las artes marciales. En primero lugar, conocer los ritmos correctos y comprender los ritmos erróneos, y discernir los ritmos apropiados entre los ritmos grandes y pequeños, lentos y rápidos. Conocer los ritmos de las relaciones espaciales y los ritmos de inversión. Esos asuntos son especialidades de la ciencia marcial. A menos que entendáis estos ritmos de inversión, no podréis confiar en vuestro arte marcial.

La forma de ganar una batalla según la ciencia militar es conocer los ritmos de los adversarios concretos y utilizar los ritmos que vuestros adversarios no esperan, produciendo ritmos sin formas a partir de ritmos de sabiduría.

Con la ciencia de las artes marciales de nuestra escuela expuesta previamente se amplía la mente de forma natural mediante la práctica diligente día y noche; transmitiéndola al mundo como una ciencia colectiva e individual, pongo por escrito por primera vez estos cinco manuscritos titulados Tierra, Agua, Fuego, Aire y Vacío.

Para las personas que quieran aprender mi ciencia militar, existen normas para el aprendizaje de este arte:

    Considerad lo que es correcto y verdadero.
    Practicad y cultivad la ciencia.
    Familiarizaos con las artes.
    Conoced los principios del oficio.
    Entended el perjuicio y el beneficio de cada cosa.
    Aprended a ver cada cosa con exactitud.
    Tomad conciencia de lo que no es obvio.
    Sed cuidadosos incluso en los asuntos pequeños.
    No hagáis nada que sea inútil.

Hablando en general, la ciencia de las artes marciales debe practicarse teniendo estos principios en mente. En esta ciencia particular difícilmente podéis convertiros en maestros de las artes marciales, a menos que podáis ver de inmediato en un contexto amplio. Una vez que hayáis aprendido este principio, no deberíais ser derrotados en ningún combate individual contra veinte o treinta adversarios.

Ante todo, mantened las artes marciales en vuestro espíritu y trabajad diligentemente de una forma directa; entonces podréis vencer con vuestras manos y también podréis derrotar a los demás viendo con vuestros ojos. Es más cuando refinéis vuestra práctica hasta el punto de alcanzar la libertad de todo el cuerpo, podréis vencer a los demás por medio de vuestro cuerpo. Y puesto que vuestro espíritu está entrenado en esta ciencia, podréis también vencer a los demás por medio del espíritu. Cuando alcancéis este punto, ¿cómo podríais ser derrotados por los demás?

De las misma forma, la ciencia militar a gran escala consiste en un asunto de ganar conservando a la gente buena, empleando gran número de personas, de ganar en la actitud correcta de la conducta personal, de ganar en gobernar a las naciones, de ganar en cuidar del pueblo humilde, de ganar en el cumplimiento de las costumbre sociales. En cualquier campo de actividad, el conocimiento de cómo evitar la derrota frente a los demás, cómo ayudarse a sí mismo y cómo incrementar el propio honor es parte de la ciencia militar.

El Manuscrito del Agua

El núcleo de la escuela de los Dos Cielos de las artes marciales se basa en el agua; y al poner los métodos del arte de la ventaja en práctica, llamo a éste el Manuscrito del Agua, y en él escribo el sistema del sable largo de nuestra escuela.

Es absolutamente imposible escribir esta ciencia con la precisión con la que la entiendo en mi corazón. Sin embargo, aunque las palabras sean insuficientes, los principios deben ser evidentes por sí mismos. En cuanto a lo que está escrito aquí, podéis deteneros sobre cada una de las palabras. Si pensáis en ellas de una manera general, malinterpretáis muchas cosas.

En lo que respecta a los principios de las artes marciales, aunque he escrito en varios lugares en términos de duelo entre dos personas, es esencial entenderlas en términos de batallas entre dos ejércitos, viéndolas a amplia escala.

En esta forma de vida en particular, si erráis el camino, aunque sea ligeramente, si os desviáis de la vía justa, caeréis en estados negativos.

La ciencia de las artes marciales no consiste simplemente en leer estos escritos. Al aceptar personalmente lo que está escrito aquí, no penséis simplemente que estáis leyendo o aprendiendo, no hagáis ninguna imitación; tomad los principios como si estuvierais descubriéndolos por vuestro propio espíritu, identificaos con ellos constantemente y trabajad sobre ellos cuidadosamente.

La actitud del espíritu en las artes marciales

En la ciencia de las artes marciales, el estado de espíritu debe seguir siendo el mismo que en la vida cotidiana; lo mismo que cuando practicáis las artes marciales, no permitáis que haya ningún cambio: con el espíritu abierto y directo, ni tenso ni demasiado relajado, manteniendo la mente centrada de forma que no haya desequilibrio, relajad tranquilamente vuestra mente y saboread totalmente ese momento de tranquilidad, de forma que la relajación no se detenga ni siquiera un instante.

Aunque estéis tranquilos, vuestro espíritu está alerta, aunque estéis apremiados, vuestro espíritu no esta apremiado. La mente no es arrastrada por el cuerpo, y el cuerpo no es arrastrado por la mente. Poned atención a la mente, no al cuerpo. No permitáis que haya insuficiencia ni exceso en vuestra mente. Aunque superficialmente tengáis el ánimo débil, permaneced fuertes por dentro y no dejéis que otros vean vuestra mente. Esto es esencial para aquellos que son físicamente pequeños para saber cómo ser grandes, y para aquellos que son físicamente grandes para saber cómo ser pequeños; tanto si sois físicamente grandes como si sois pequeños, es esencial mantener vuestro espíritu libre de desviaciones subjetivas.

Dejad vuestro espíritu despejado y abierto, poniendo vuestro intelecto en un vasto plano. Es esencial pulir diligentemente el intelecto y el espíritu. Una vez que hayáis utilizado vuestro intelecto hasta el punto en el que podéis distinguir lo que es verdad y lo que no lo es en el mundo, en el que podéis decir lo que es bueno y lo que es malo, y cuando ya habéis experimentado varios dominios y ya no podéis ser engañados en absoluto por la gente, vuestro espíritu habrá quedado imbuido del conocimiento y de la sabiduría del arte de la guerra.

Existe algo especial sobre el conocimiento del arte de la guerra. Es imprescindible dominar los principios del arte de la guerra y aprender a permanecer como un espíritu inmutable incluso cuando estáis en el corazón de la batalla.

Actitud física en las artes marciales

En lo que respecta a la apariencia física, el rostro no debe mirar hacia abajo, hacia arriba ni ladearse. Vuestra mirada debe ser fija. No arruguéis la frente, pero formad un surco entre las cejas. Mantened inmóviles los ojos e intentad no parpadear. Cerrad ligeramente los ojos. Tratad de mantener una expresión serena en el rostro, con la nariz recta y la barbilla ligeramente adelantada.

La parte posterior del cuello debe permanecer recta, debe centrarse la fuerza en la nuca. Sintiendo todo el cuerpo desde los hombros hacia abajo como una unidad, bajad los hombros, mantened la columna vertebral recta y no sentéis las nalgas. Concentrad el poder en las partes inferiores de las piernas desde las rodillas hasta la punta de los dedos del pie. Tensad el abdomen de forma que el pecho no se hunda.

Existe una enseñanza llamada "ajustar la cuña", que significa que el abdomen es sujetado por la vaina del sable corto, de forma que el cinturón no quede suelto.

Hablando en términos generales, es esencial hacer que vuestro porte general sea el porte que mantenéis en las artes marciales, y haced que el porte que mantenéis en las artes marciales sea vuestro porte ordinario. Esto debe ser considerado con atención.

El enfoque de los ojos en las artes marciales

Los ojos deben enfocarse para optimizar el alcance y amplitud de la visión. La observación y la percepción son dos cosas separadas; el ojo que observa es más fuerte, el ojo que percibe es más débil. Una especialidad de las artes marciales es ver de cerca lo que está lejos y ver lo que está cerca con distancia.

En las artes marciales es importante ser consciente de los sables de los adversarios, de no mirar dichos sables para nada. Esto cuesta trabajo.

Este asunto de enfocar los ojos es el mismo en la ciencia militar a pequeña o a gran escala.

Es esencial ver ambos lados sin mover los globos oculares.

Cosas como éstas son difíciles de dominar al mismo tiempo cuando tenéis prisa. Recordad lo que está escrito aquí, acostumbraos constantemente a este enfoque de los ojos y encontrad el estado en el que el enfoque de vuestros ojos no cambia suceda lo que suceda.

Cómo empuñar el sable largo

Al empuñar el sable largo, el pulgar y el índice ejercen una ligera presión, el dedo corazón se mantiene ni demasiado suelto ni demasiado apretado, mientras que los dedos anular y meñique se mantienen apretados. No debe haber flojedad en la mano.

El sable largo debe empuñarse con el pensamiento de que es algo para matar al adversario. No permitáis que cambie vuestra manera de empuñar cuando estéis golpeando a adversarios, haced que vuestra forma de empuñar sea de tal manera que vuestra mano no vacile. Cuando golpeéis el sable del adversario, lo bloqueéis o lo neutralicéis, sólo debéis modificar ligeramente la posición del pulgar y del índice; pero en cualquier caso, podréis empuñar vuestro sable con el pensamiento de matar.

Vuestra manera de asir el sable no debe ser diferente cuando cortéis algo para comprobar su filo que cuando golpeáis en medio del combate, asiendo siempre el sable como si fuerais a matar a un hombre.

Hablando en términos generales, hay que evitar el agarrotamiento y la posición fija, tanto en el sable como en la mano. La posición fija es el camino de la muerte, la fluidez es el camino de la vida. Esto es algo que debe ser entendido.

Sobre el movimiento de los pies

En lo que respecta a los pies, debéis manteneros firmemente sobre los talones dejando al mismo tiempo libres los dedos de los pies. Que vuestros pasos sean largos o cortos, lentos o rápidos, según al situación, pero debéis caminar siempre como lo hacéis normalmente. Deben evitarse los pasos inseguros, inconstantes y ruidosos.

Entre los elementos importantes de esta ciencia se halla lo que se llama pasos complementarios. Pasos complementarios significa que no os movéis sólo con un pie. Cuando arremetéis, retrocedéis o incluso cuando paráis un golpe, movéis el pie derecho-izquierdo-derecho izquierdo, con pasos que se complementan. Poned atención en no manteneros sólo sobre un pie. Esto es algo que exige un atento examen.

Cinco maneras de ponerse en guardia

Las cinco maneras de ponerse en guardia son la posición superior, la posición media, la posición inferior, en guardia por la derecha y en guardia por la izquierda. Aunque pueden dividirse estas formas de guardia en cinco clases, todas ellas tienen como objetivo matar. No existen otras formas de guardia además de estas cinco.

Cualquiera que sea la guardia que adoptéis, no penséis en ellas como en una posición defensiva; consideradla como una parte del acto de matar.

Las posiciones superior, media, inferior, son guardias sólidas, mientras que las dos posiciones laterales son guardias fluidas. Las guardias por la derecha y por la izquierda son adecuadas para lugares en donde no hay espacio por encima de la cabeza o a los lados. El decidir adoptar la guardia derecha o izquierda se decide según el caso.
Lo que es importante en este camino es darse cuenta de que es más perfecta la guardia media. En esta guardia media se encierra toda la ciencia de ponerse en guardia. Consideradla en términos de ciencia militar a gran escala: el centro corresponde a la posición del general, mientras que las otras cuatro guardias le siguen. Esto debe examinarse atentamente.

La vía del sable largo

Conocer la vía del sable largo significa que aunque estés sosteniendo el sable con dos dedos, sabréis cómo hacerlo y blandirlo fácilmente.

Cuando intentéis blandir rápidamente el sable largo, os desviáis de la vía del sable largo y, por tanto, es difícil de manejar. El asunto consiste en blandir el sable largo tranquilamente, de forma que sea fácil de hacer.

Cuando intentáis manejar con rapidez el sable largo, de la misma forma que podéis utilizar un abanico o un sable corto os desviáis de la vía del sable largo, de forma que es difícil de blandir. A esto se llama "trinchar con el sable corto" y es ineficaz para matar a un hombre con el sable largo.

Cuando golpeáis hacia abajo con el sable largo, retiradlo de una forma cómoda. Cuando lo blandís a los costados, volvedlo a su posición inicial de la forma convencional. Estirad el codo lo más posible y blandir con la fuerza es la vía del sable largo.

Procedimientos de las cinco técnicas convencionales

Primera técnica

La guardia se halla en la posición media, con la punta del sable apuntando hacia el rostro del adversario. Cuando cerráis filas contra el adversario, y éste golpea con el sable largo, contrarrestad su ataque desviándolo hacia la derecha. Cuando el adversario golpea de nuevo, haced retroceder la punta de su sable hacia atrás y hacia arriba; dejad vuestro sable como está, una vez que ha rebotado hacia abajo, hasta que el adversario ataque de nuevo; en ese momento golpeáis las manos del adversario desde abajo.

Las cinco técnicas convencionales son difíciles de entender sólo escribiendo sobre ellas. Las cinco técnicas convencionales deben de ser practicadas con el sable en la mano. Mediante estas cinco nociones generales del sable, conoceréis mi ciencia sobre su manejo y serán también evidentes las técnicas empleadas por los adversarios. Quiero decir que no existen más que cinco guardias en el método de Los Dos Sables en la esgrima. El entrenamiento y la práctica son imprescindibles.

Segunda técnica

La guardia se halla en la posición superior, y golpeáis al adversario en el mismo momento en que éste intenta golpearos. Si vuestro sable no da al adversario, dejadlo por unos instantes, hasta que éste ataque de nuevo. En ese momento golpeáis por debajo haciendo un barrido hacia arriba. El mismo principio puede aplicarse cuando ataquéis de nuevo.

Dentro de esta técnica existe diversos estados de espíritu y varios ritmos. Si practicáis el entrenamiento de mi escuela por medio de lo que subyace en esta técnica, obtendréis un conocimiento completo de las cinco formas de esgrima y podréis vencer en cualquier circunstancia. Sólo requiere práctica.

Tercera técnica

El sable se mantiene en la posición inferior; con la determinación de tomar los asuntos en mano; cuando el adversario ataca de nuevo; cuando intente haceros perder el sable, llevadlo hacia arriba al mismo ritmo, y seguidamente golpead sus brazos a ambos lados después de que haya atacado. La cuestión es abatir de una vez al adversario desde la posición inferior, justo en el momento en el que él golpea. La guardia con el sable en la posición inferior es algo que aparece al principio y posteriormente en el proceso de la práctica de esta ciencia; ésta debe de ser practicada con el sable en la mano.

Cuarta técnica

Se mantiene el sable horizontalmente al lado izquierdo, para golpear las manos del adversario desde abajo cuando él intenta atacar. Cuando el adversario intenta haceros perder el sable golpeando hacia arriba desde abajo, bloquead la trayectoria de su sable inmediatamente, con la idea de herir sus manos y cortar diagonalmente hacia arriba, hacia vuestro hombro. Ésta es la forma de manejar un sable largo. Ésta es también la forma de vencer, bloqueando la trayectoria del sable del adversario si éste intenta atacar de nuevo. Esto debe considerarse atentamente.

Quinta técnica

El sable se mantiene horizontalmente a la derecha. Cuando localizáis el ataque del adversario, blandís vuestro sable desde el lado inferior en diagonal hacia arriba hasta la posición de guardia superior, y después golpeáis directamente desde arriba. Esto es también esencial para adquirir la maestría en la utilización del sable largo. Cuando podáis empuñar un sable conforma a esta técnica, podréis empuñar con libertad un sable largo y pesado.

Estas cinco técnicas convencionales no deben ser descritas con detalle. Para comprender la utilización del sable largo en mi escuela, y comprender también de forma general los ritmos y distinguir las tácticas de esgrima de los adversarios, primero utilizad estas cinco técnicas para desarrollar constantemente vuestras habilidades. Incluso cuando luchéis contra adversarios, perfeccionad el uso del sable largo, sintiendo el espíritu del adversario, utilizando los diversos ritmos y obteniendo la victoria de cualquier forma. Esto exige un atento discernimiento.

Sobre la enseñanza de tener una posición sin tenerla

Tener una posición sin tenerla, o una guardia sin guardia, significa que el sable largo no debe ser mantenido en una posición fija. Sin embargo, puesto que existen cinco formas de colocar el sable, las guardias deben conformarse a ellas. Dónde mantenéis el sable depende de vuestra relación con el adversario, depende del lugar y debe adecuarse a la situación; siempre que lo empuñéis, la idea que ha de tenerse en mente es que debe ser fácil matar al adversario.

A veces, en la posición de guardia superior se desciende un poco, de forma que se convierte en una posición media, mientras que la guardia media puede elevarse un poco, dependiendo de la ventaja que se obtenga de ello, de forma que se convierte en una posición superior. En ocasiones, la guardia inferior también se eleva un poco, para convertirse en una posición media. Las dos posiciones laterales pueden también desplazarse un poco hacia el centro, dependiendo de si estáis frente a frente con vuestro adversario, obteniendo como consecuencia bien una guardia media o una guardia inferior.

De esta forma, el principio consiste en tener una posición en guardia sin tener una posición. Ante todo, cuando levantáis el sable, en cualquier caso la idea es de matar al adversario. Aunque interceptemos, golpeemos o bloqueemos el golpe del sable del adversario, e inmovilicemos u obstruyamos su trayectoria, todos estos movimientos son oportunidades para hendir al adversario. Hay que entender esto. Si pensáis en interceptar, golpear, bloquear, inmovilizar u obstruir la trayectoria, con ello seréis incapaces de matar. Es esencial pensar en todo como una oportunidad de matar. Esto debe ser considerado atentamente.

En la ciencia militar a gran escala, la disposición de las tropas es también un asunto de colocación. Por ello, cada caso es una oportunidad para ganar una guerra. La posición fija es mala. Esto debe de ser trabajado con profundidad.

Golpear al adversario en un solo compás

Entre los ritmos utilizados para golpear a un adversario existe lo que se llama un solo compás. Encontrando una posición en la que podéis alcanzar al adversario, dándonos cuenta del momento en el que éste todavía no ha decidido qué hacer, golpeáis directamente, lo más rápidamente posible, sin mover vuestro cuerpo ni fijar vuestra atención.

El golpe con el que golpeáis al adversario antes de que haya pensado en retirarse, parar el golpe o golpear se llama un solo compás. Una vez que habéis aprendido bien este ritmo, debéis practicar el golpe intermedio de una forma rápida.

El ritmo de la segunda primavera

Se da cuando estáis a punto de golpear y el adversario retrocede rápidamente o para el golpe; fingid un ataque y después golpead al adversario cuando se relaja después de la tensión. Éste es el golpe de la segunda primavera.

Será muy difícil llevar a cabo este golpe simplemente leyendo este libro. Es algo que debéis entrenar una vez que habéis recibido la instrucción.

Golpear sin pensamiento ni forma

Cuando vuestro adversario va atacar, vosotros os disponéis a hacer lo mismo, vuestro cuerpo tiene una posición ofensiva y vuestra mente está también a la ofensiva; vuestras manos golpean espontáneamente a partir del espacio con una velocidad y una fuerza añadidas. A esto se llama golpear sin pensamiento ni forma, y es el golpe más importante. Os encontraréis con este golpe una y otra vez. Es algo que requiere ser bien aprendido y perfeccionado con la práctica.

El golpe del curso del agua

El golpe del curso del agua se utiliza cuando estáis frente a frente con el adversario y éste intenta retroceder, esquivar o parar vuestro sable rápidamente: expandiendo el cuerpo y la mente, blandís el sable desde detrás de vosotros de una forma completamente relajada, como si dudarais, y golpeáis con un golpe fuerte y poderoso.

Una vez que hayáis aprendido esta clase de golpe, con toda certeza es fácil golpear. Es esencial distinguir la posición del adversario.

El golpe al azar

Cuando lanzáis una ofensiva y el adversario intenta detener o parar el golpe, golpeáis su cabeza, manos y pies de una sola vez. Golpear donde podéis con un solo golpe del sable largo se llama golpear al azar. Cuando aprendáis este golpe, os daréis cuenta que siempre es útil. Es algo que exige un discernimiento exacto en el transcurso de un duelo.

El golpe centella

El golpe centella se produce cuando el sable de vuestro adversario y vuestro sable están bloqueados juntos y golpeáis lo más fuerte que podéis sin levantar en absoluto vuestro sable. Hay que golpear rápidamente, poniendo la fuerza en las piernas, el torso y las manos.

Este golpe es difícil de realizar sin una práctica repetida.

Si lo cultiváis hasta la perfección, tiene un poderoso impacto.

El golpe de las hojas carmesí

La idea del golpe de las hojas carmesí consiste en golpear el sable del adversario desviándolo hacia abajo, subiendo de nuevo vuestro sable. Cuando un adversario está blandiendo un sable ante vosotros intentando atacar, golpear o defenderse, golpeáis con fuerza el sable del adversario con el espíritu de "golpear sin pensamiento y sin forma" o incluso el del "golpe centella". Cuando ejecutáis correctamente esta técnica, golpeando con la punta del sable hacia abajo (kissakisagari), el sable de vuestro adversario caerá irremediablemente.

Si cultiváis este ataque hasta la perfección, os será fácil hacer caer un sable. Esto debe ser bien practicado.

El cuerpo en lugar del sable

En ese sentido, el cuerpo también puede ser llamado el cuerpo que sustituye al sable. En general, cuando tomáis la ofensiva, vuestro sable y vuestro cuerpo no se lanzan al ataque simultáneamente. Dependiendo de vuestras oportunidades de golpear al adversario, primero adoptáis una postura ofensiva con vuestro cuerpo, y vuestro sable golpea con independencia de vuestro cuerpo.

A veces, podéis golpear con vuestro sable sin mover el cuerpo, pero generalmente éste inicia primero la ofensiva, seguida por el golpe del sable. Esto requiere una observación y práctica atentas.

Golpear y alcanzar

Por golpear y alcanzar quiero dar a entender dos cosas diferentes. El sentido de golpear consiste en que, sea cual fuere el golpe que empleéis, lo hacéis de una manera deliberada y certera. Alcanzar significa algo como chocar con alguien. Aunque alcancéis a vuestro adversario de forma tan grave que muera en el acto, esto significa alcanzar. Un golpe se produce cuando vosotros consciente y deliberadamente asestáis el golpe que queréis dar. Esto exige inspección y reflexión.

Alcanzar a un adversario en las manos o en las piernas significa "tocarle" primero, para asestar un poderoso golpe tras esa rozadura. Alcanzar significa algo así como "sondear". Si realmente aprendéis a dominar esto, será algo extraordinario. Esto cuesta trabajo.

El cuerpo del mono de brazos cortos

La postura del mono de brazos cortos significa no alcanzar con la mano. La idea consiste en que cuando estáis cerca de un adversario, lo alcancéis rápidamente, antes de que éste ataque, sin avanzar en absoluto las manos.

Cuando intentáis avanzarlas, vuestro cuerpo se queda invariablemente detrás. Así pues, la idea consiste en mover todo el cuerpo rápidamente para entrar en la defensa del adversario. Es fácil llegar al cuerpo a cuerpo si está al alcance de la mano. Esto debe ser investigado con atención.

El cuerpo pegado

Esto significa entrar en el espacio de un adversario y pegarse rápidamente a él. Cuando entráis dentro de las defensas del adversario, debéis pegaros con fuerza a su cabeza, a su cuerpo y a sus piernas. La mayoría de las personas consiguen hacerlo rápidamente con su cabeza y sus piernas, pero el cuerpo se queda atrás. Pegarse a un adversario significa que os pegáis con tanta proximidad que no dejáis espacio entre vuestros cuerpos. Esto debe ser investigado cuidadosamente.

Competir en estatura

Significa que cuando estáis cerca de un adversario, bajo cualquier circunstancia, estiráis las piernas, el pecho y el cuello de forma que vuestro cuerpo no se contraiga, acercándoos a él con fuerza, ponéis vuestro rostro a la altura del rostro del adversario, como si quisierais comparar la estatura y demostrar que sois el más alto de los dos. El punto esencial consiste en maximizar vuestra altura y acercaros totalmente. Esto exige un trabajo cuidadoso.

Adherirse
Cuando vuestro adversario y vosotros atacáis, y vuestro adversario detiene vuestro ataque, la idea es acercaros con vuestro sable pegado a su sable. Adherirse significa que es difícil separar el sable. Debéis mantenerlo pegado con mucha fuerza. Se trata de mantener el sable como si estuviera pegado, cuando os acercáis, con independencia de la tranquilidad con que os mováis.

Existe el estar pegado y existe el estar trabado. Estar pegado es más fuerte que el estar trabado. Estas cosas deben ser distinguidas.

El ataque con el cuerpo

Se produce cuando os acercáis al costado del adversario y golpeáis con vuestro cuerpo. Ladeando ligeramente vuestro rostro y avanzando vuestro hombro izquierdo, lo golpeáis en el pecho.

Al golpearlo, ejerced toda la fuerza posible con vuestro cuerpo; al golpear, la idea consiste en acercarse con un salto en el momento de máxima tensión.

Una vez que habéis aprendido a acercaros de esta manera, podéis proyectar al adversario varios metros hacia atrás. Es incluso posible golpear a un adversario con tanta fuerza que éste muera.

Esto exige un total entrenamiento y práctica.

Tres clases de parada
Cuando atacáis a un adversario, para parar el golpe de su sable, haciendo como si quisierais herirlo en los ojos, desviáis su sable hacia vuestra derecha con vuestro sable, parando así el ataque.

También existe lo que se llama la parada de apuñalamiento. Haciendo como si quisierais apuñalar al adversario en el ojo derecho, con la intención de cortar su cuello, paráis el golpe del sable del adversario con una estocada de apuñalamiento.

Igualmente, cuando un adversario ataca y vosotros os acercáis con un sable corto, sin prestar mucha atención a parar el ataque con el sable, os acercáis a él como si quisierais golpear su rostro con vuestra mano izquierda.
Éstas son las tres clases de parada. Esto es algo que exige un completo entrenamiento y práctica.

Apuñalar la cara

Cuando estáis igualados con un adversario, es esencial conservar en mente apuñalarles la cara con la punta de vuestro sable en los intervalos que existen entre los golpes del sable de vuestro adversario y vuestros propios golpes. Cuando tenéis la intención de apuñalar la cara de vuetsro adversario, éste intentará poner el cuerpo y su rostro fuera de alcance. Cuando lográis que vuestro adversario haya retrocedido, habéis conseguido varias ventajas de las que os podéis servir para ganar. Debéis trabajar esto cuidadosamente.

En medio de la batalla cuando un adversario intente ponerse fuera de alcance, ya habéis ganado. Por ello es imprescindible no olvidar la táctica de "apuñalar la cara". Esto debe cultivarse en el transcurso de la práctica de las artes marciales.

Apuñalar el corazón

Apuñalar el corazón se utiliza cuando se combate en un lugar donde no hay espacio para hacer movimientos cortantes de sable por encima de la cabeza hacia los lados, de forma que apuñaláis al adversario. Para hacer fallar el sable del adversario, tenéis que dirigir la parte montante de vuestro sable directamente hacia vuestro adversario, haciéndolo retroceder un poco, de forma que el sable no se descentre y se pueda hundir en su pecho.
Este movimiento es especialmente útil cuando estáis cansados o cuando vuestro sable no corta. Es imprescindible discernir cada caso de una forma experta.

El grito
Dos clases de gritos (katsu y totsu) se utilizan cuando lanzáis un ataque para vencer a un adversario y éste responde; surgiendo desde abajo como si fuerais a apuñalar al adversario, ejecutáis un contraataque.

En cualquier caso, lanzáis los dos gritos sucesiva y rápidamente. La idea consiste en apuñalar hacia arriba con un katsu y después golpear con un totsu.

Este movimiento puede utilizarse siempre en un duelo. La forma de alcanzar ambos gritos es elevando la punta del sable en el sentido de apuñalar y entonces golpear inmediatamente mientras se eleva el sable. El ritmo debe practicarse bien y examinado atentamente.

La parada con golpe

Cuando intercambiáis golpes con un adversario en un duelo y golpeáis en el sable del adversario con vuestro propio sable cuando él golpea, a esto se le llama la parada con golpe. La idea de parar con un golpe no es la de golpear muy fuerte, ni la de sostener o bloquear; respondiendo al ataque del sable del adversario, asestáis un golpe en el sable que golpea e inmediatamente atacáis al adversario.

Es esencial ser el primero en golpear. Si el ritmo de vuestro ataque de parada es correcto, por poderoso que sea el golpe de vuestro adversario, mientras que tengáis intención mantenida de golpear, no se inclinará la punta de vuestro sable. Esto debe aprenderse con la práctica y examinarse cuidadosamente.

Una posición contra muchos adversarios

Una posición contra muchos adversarios se presenta cuando el individuo lucha solo contra un grupo. Manejando tanto el sable largo como el sable corto, lo mantenéis a la izquierda y a la derecha extendiéndolos horizontalmente. La idea es que si los adversarios os llegan de los cuatro costados, los obliguéis a situarse en un solo lugar.

Cuando distinguís el orden en el que os atacan los adversarios, ocuparos de aquellos que van en vanguardia primero; manteniendo un ojo sobre toda la situación, y determinando las posiciones desde las que los adversarios.

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